El precio del combustible ha aumentado de manera exponencial debido a la situación provocada por la guerra en Ucrania. Esto, que afecta de manera global, realmente afecta ahora más en Europa, pero la tendencia es que los combustibles vayan aumentando de precio en breve espacio de tiempo.
Ante ello, como usuarios, debemos poner en práctica diversos métodos que nos permitan ahorrar el máximo posible. Lógicamente tener vehículos eficientes que tengan menos consumo es una de las opciones que podemos valorar. Pero hay otras, entre ellas mantener una conducción eficiente.
¿Qué es la conducción eficiente?
Hay que señalar que no todo el mundo se pone de acuerdo sobre la importancia de la conducción eficiente. De hecho, para muchas personas la diferencia de consumo de un vehículo no es relevante si se varían los hábitos de conducción, pero esto no es cierto.
En general, además de tener un vehículo con una buena puesta a punto y lo más eficiente posible, lo ideal es que se sigan una serie de medidas sencillas, pero que pueden suponer si se adapta a la conducción un ahorro interesante.
Por ejemplo, evitar los acelerones. Los acelerones tanto cuando el coche está en ralentí como en marcha, suponen generalmente un golpe de consumo elevado para el vehículo. Otro factor, por ejemplo, es utilizar en exceso las marchas cortas por encima de las revoluciones aconsejadas para el vehículo. En general, los vehículos son más eficientes cuando la relación entre las marchas y el par motor es la más adecuada (aunque no todos los coches tienen el mismo nivel de respuesta).
Por supuesto, mantener los niveles de velocidad y eliminar conducciones bruscas, tirones y excesos de salida a gran potencia son otros elementos de conducción eficiente que ayudan a un mejor control del gasto de combustible.
¿Cuánto se ahorra con la conducción eficiente?
Lo cierto es que no existe unanimidad al respecto. Hay especialistas que asumen que es posible un ahorro de un 30% aproximadamente entre un conductor que aplica buenas prácticas de eficiencia y otro que no lo hace. Sin embargo, también entran aquí en juego factores como la eficiencia del vehículo, su nivel de consumo, si se conduce en carretera o ciudad, etc.
Lo que sí parece claro es que una combinación entre una buena conducción desde el punto de vista de la eficiencia en el gasto y un vehículo con una buena puesta a punto y el mayor nivel de eficiencia posible serán aspectos relevantes que deberían tenerse en cuenta desde el punto de vista del ahorro de combustible en nuestra conducción.