El ahorro no es una cuestión sencilla, sobre todo para quien no está acostumbrado a ponerlo en práctica. Existen muchos métodos, ideas y consejos para ahorrar, pero lo cierto es que hay algunas reglas que son verdaderamente eficaces. Vamos a repasar tres de las más importantes.
Tienes que tener en cuenta, en cualquier caso, que no se trata de reglas infalibles si no de ideas y orientación para poder mejorar tu forma de ahorrar. A partir de estas ideas puedes comenzar a construir un modelo de ahorro lo más eficaz posible.
Comienza por generar el hábito del ahorro
Esta es una parte fundamental del ahorro las que menos se suele cultivar. Es imprescindible que generemos hábitos saludables respecto a la manera de ahorrar. Para ello se hace necesario crear rutinas.
No hace falta que establezca rutinas muy agresivas inicialmente. Si nunca has ahorrado puedes comenzar por pequeñas cantidades, pero de manera sostenida y sistemática. Comienza apartando una cantidad simbólica, pero hazlo de manera regular los días que te lo has propuesto.
Poco a poco vete incrementando el importe y tomando conciencia de establecer un modelo regular de aportación a tu ahorro. Cuando consigas generar ese hábito será mucho más sencillo plantearte un buen estudio de tu economía y el siguiente paso, construir una cartera de ahorro saludable.
Construye tu cartera de ahorro
El segundo paso a tener en cuenta es la necesidad de construir una cartera de ahorro saludable.
Una vez conseguido el hábito del ahorro debes comenzar a marcar objetivos para poder crear una cartera de ahorro sana. El primer paso, siempre, se establece realizando un buen análisis de tu situación económica: que ingresos tienes, cuáles son los gastos en los que puedes reducir el impacto económico.
A partir de ahí debes establecer prioridades. Generalmente la primera prioridad será construir un fondo de emergencia que cubra entre tres y seis meses de tus principales gastos. Una vez establecido este fondo, debes comenzar con un proceso de creación de una cartera de ahorro/inversión. Aquí entra en juego cuál es tu perfil inversor y lo que estás dispuesto a arriesgar o no.
Todo ello, siempre, conjugado con la aportación sistemática del ahorro que ya inicia este en el primer paso de generar un hábito constante.
Márcate diferentes tipos de objetivos
No hay un único tipo o modelo de ahorro. Esto es muy importante tenerlo en cuenta ya que, si sólo enfocamos el ahorro a largo plazo corremos el riesgo de agotarnos emocionalmente. Un ahorro que no tiene consecuencias más o menos cercanas puede no ofrecer una compensación a corto plazo en cuanto al esfuerzo que supone.
Es importante conjugar objetivos y ahorro a largo plazo. Por ejemplo, establecer un porcentaje del ahorro destinado a unas vacaciones a corto plazo puede conjugarse perfectamente con un ahorro para la jubilación a medio y largo plazo.